martes, 21 de abril de 2015






EL ÚLTIMO TRUCO DE MAGIA, 
Maribel Romero

El Gran Prince Magic fue un mago increíble cuando era joven, pero ya estaba mayor y su magia no era como antes, ahora se limitaba a juegos de magia, mientras un grupo de niños se rieron de él.
Aunque estaba cansado, quería demostrarse a sí mismo que era un buen mago todavía. Así que se fue a un museo de Madrid y frente a la obra de Sorolla “Paseo a Orillas del Mar” hizo magia. Y sacó levitando de la obra a la hija mayor del pintor durante un año, tiempo durante el que el personaje vivió una vida real. Fuera del museo el mago cayó inconsciente por el esfuerzo. La policía lo recogió y lo llevó a un asilo donde vivió.
Mientras tanto,  la policía y los trabajadores del museo creen que han robado el cuadro y en su lugar han puesto uno falso e inacabado, ya que falta la imagen de la hija. Esto provoca asombro, porque no se explican cómo nadie vio nada.
Tristán y Nuria se habían fugado del instituto y habían ido a la playa. Estando allí vieron a una chica con un vestido y peinado muy antiguo andando sin rumbo, se acercaron a ella y la chica les dijo que no recordaba quién era ni qué hacía allí. Los chicos decidieron ayudarla sin contar nada a nadie, le dieron ropa, y Tristán le dejó que viviese en el apartamento de la playa hasta que recuperase la memoria. Y le pusieron un nombre, Paloma Soler. Ella solo recordaba que tenía 19 años, que era de Madrid y que había estado en una habitación llena de cuadros. Paloma era una gran pintora y empezó a ganar dinero por vender sus cuadros.
Carlos, hermano de Tristán, vivía en Madrid, consiguió un trabajo de psicólogo en el asilo donde estaba el mago. Pronto se interesó por él, ya que era un hombre muy interesante. El mago (que se llamaba Oliver) le fue contando cosas sobre su vida. Carlos tenía un amigo que trabajaba en el museo, Andrés, quien le confesó que el cuadro no había sido robado sino que faltaba la chica, pero aseguraba que el cuadro era real y que no se podía explicar qué había pasado.
Durante las vacaciones Carlos fue a Valencia para ver a su madre y hermano. Su madre (trabajadora en un banco) les preguntó qué les parecía que alquilase el apartamento de la playa. Tristán se agobió mucho porque descubrirían que Paloma estaba allí, así que como no sabía qué hacer, confió en su hermano y le contó todo sobre Paloma. Por la tarde, Tristán se la presentó. Nada más verse se gustaron. Carlos mintió a su madre para que Paloma pudiese seguir viviendo allí, diciéndole que le dejase el apartamento a su amiga pintora y su madre accedió.
Cuando acabaron las vacaciones, Carlos volvió a Madrid. Estaba triste por separarse de Paloma, encendió el ordenador y al ver la foto del cuadro robado vio a Paloma, pero no podía creérselo y dejó de pensar en ello. Al día siguiente se incorporó a su trabajo y charló con a Olivier, quien le contó que había dejado marchar a su gran amor, la trapecista Helena, y que jamás le había confesado que la amaba.  Carlos, por su parte, le confesó que había conocido a una pintora muy especial y el mago le dio la idea de que se la trajese a Madrid a ver los museos.
Un fin de semana que volvió Carlos a Valencia, le pidió a Paloma que se fuese con él a Madrid. A ella al principio no le hizo mucha gracia pero al final aceptó. Una vez allí, al llevarla al museo de Sorolla, Paloma empezó a encontrarse mal, y al ponerla delante del cuadro se desmayó, reconoció que pertenecía al cuadro y le dijo a Carlos que por favor la ayudara, pesto que no quería volver a ese cuadro.
Carlos estaba muy agobiado y mirando los papeles en el asilo se dio cuenta de que a Olivier lo recogieron inconsciente al lado del museo la misma noche que la hija mayor de Sorolla había desaparecido. Se fue a hablar con él, le contó que la joven pintora que había conocido era la del cuadro y le preguntó si él la había sacado del cuadro. Oliver le confirmó que sí, pero que en seis meses la chica volvería al cuadro. Carlos le pidió que hiciese algo para que ella no regresara al cuadro y al final accedió. Y tras algunas peripecias, Paloma y Carlos…
En mi opinión, estamos ante una novela que te engancha desde el principio por su creatividad y porque te hace ir descubriendo toda la trama, imaginando las cosas que van a ir sucediendo. Lo que más me ha gustado es la historia de Olivier, me da pena porque de tenerlo todo se queda sin nada y es un ejemplo de lo que está pasando con los ancianos actualmente. También me ha gustado, sin duda alguna, es el final, increíble pero fantástico. Y que la autora hace que el lector sepa el secreto de Tristán y Nuria mientras otros personajes de la novela no saben nada.
Es un libro que me ha resultado fácil de leer y muy interesante desde el principio hasta el final.

Mario Soler Delicado 3 ESO


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