LA SEPULTURA 142, J. R. Barat
Es J. R. Barat un escritor prolífico que gusta de entregar a sus
lector obras de los distintos géneros literarios. Y al parecer por los
resultados, se siente cómodo en todos. A una intachable trayectoria poética, añade
últimamente novelas juveniles de impecable factura. La novela juvenil que
comentamos no es una obra menor: es un buen ejemplo de lo que debe ser una
novela de acción y bien escrita.
El móvil argumental de la obra hay que situarlo en la determinación de
unos jóvenes estudiantes de periodismo para investigar dos asesinatos
relacionados con la trata de mujeres y la explotación sexual. La búsqueda de
los asesinos de dos jóvenes, Héctor y Berta, lleva a los futuros periodistas,
Daniel y Alicia, a desentrañar una red de secuestro, violación y venta de
mujeres jóvenes. Aunque la determinación de los estudiantes no decae, en alguna
ocasión el descubrimiento de una realidad tan cruel y sórdida mueve al
protagonista narrador que es Daniel a expresar algún comentario nihilista y
desengañado (p. 291).
Este autor ha demostrado con
solvencia que es capaz de enfrentarse a todos los géneros y salir airoso. Su
condición de escritor prolífico no está reñida con su calidad incuestionable.
En esta obra nos sorprenden muchas cosas: no solo la perfecta organización y
disposición de la acción, sino la agilidad narrativa que consigue por medio de
oraciones cortas, enumeraciones asindéticas y diálogos fluidos; las bellas
descripciones, como las que se hacen de algunos personajes (Alicia, página 120
y 123); una acertada selección de los elementos en las
descripciones que convierte a esta obra en un ejemplo de novela cinematográfica;
la opinión que expone el abuelo de Daniel sobre la tiranía de los celos y la
necesaria libertad de la mujer (páginas 201-202); y,
por encima de todo, el acierto de abordar un tema tan escabroso como la trata y
asesinato de mujeres teniendo en cuenta el destinatario juvenil de esta novela.
Julián
Montesinos Ruiz
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